Preguntas más frecuentes - Volcanes

FAQs - Volcanes

La diferencia entre los volcanes potencialmente activos y los volcanes activos es la confirmación escrita de al menos una erupción durante el periodo histórico. El periodo histórico, definido por la aparición de una tradición escrita, empezó en Ecuador con la llegada de los conquistadores españoles en 1532 AD (anno domini). Los volcanes activos en el arco ecuatoriano tienen una frecuencia alta de erupciones y por eso tienen una mayor probabilidad de reactivarse en un futuro cercano. En consecuencia, estos son monitorizados muy de cerca. El Cayambe y el Guagua Pichincha son ejemplos de volcanes activos.

Para más detalles consultar el link:

http://ceniza-ecuador.over-blog.com/2017/02/a28-clasificacion-de-los-volcanes-del-ecuador-parte-1-en-base-a-su-historia-eruptiva.html

Hasta el presente se han contabilizado 27 volcanes potencialmente activos en el Ecuador, incluidos los volcanes de las islas Galápagos. De ellos, siete volcanes continentales (Cayambe, Reventador, Guagua Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua, Sangay y Potrerillos- Chacana) y siete volcanes de Galápagos (Marchena, Cerro Azul, Fernandina, Santo Tomás/Volcán Chico, Alcedo, Darwin y Wolf) han tenido erupciones en tiempos históricos, es decir, desde el año 1532. A medida que los estudios de volcanología avancen en el Ecuador, es posible que vaya creciendo el número de volcanes calificados como “potencialmente activos”.

Algunos datos referentes a los volcanes continentales del Ecuador:

El volcán más alto

Chimborazo, cuya cumbre está a 6 268 m sobre el nivel del mar.

El volcán más grande

Cayambe, cuyo edificio tiene un volumen aproximado de 195 km3.

El volcán de mayor relieve

Sangay, cuyo edificio tiene un relieve aproximado de 2500 m desde su base hasta su cumbre.

El volcán más amplio

Cayambe, que cuyo edificio cubre un área aproximada de 350 km2.

 

 

Algunos datos referentes a los volcanes continentales del Ecuador:

El volcán más alto

Chimborazo, cuya cumbre está a 6 268 m sobre el nivel del mar.

El volcán más grande

Cayambe, cuyo edificio tiene un volumen aproximado de 195 km3.

El volcán de mayor relieve

Sangay, cuyo edificio tiene un relieve aproximado de 2500 m desde su base hasta su cumbre.

El volcán más amplio

Cayambe, que cuyo edificio cubre un área aproximada de 350 km2.

La actividad volcánica tiene por efecto realimentar la superficie de la Tierra con nueva materia mineral proveniente de zonas profundas de la Tierra. Por eso, las zonas volcánicas muy comúnmente se caracterizan por tener suelos ricos y fértiles, constantemente alimentados por nuevos aportes minerales, como en el caso del Ecuador. Además, en ciertos casos los volcanes y sus sistemas magmáticos pueden ser utilizados como fuentes de energía geotérmica, para producir electricidad. También, muchos de los más grandes yacimientos de minerales metálicos del mundo están relacionados con antiguas zonas de actividad volcánica. Finalmente, a veces los volcanes pueden actuar como grandes captaciones naturales de agua, o también como reservorios de agua cuando poseen glaciares en sus edificios.

Los estudios geológicos permiten determinar cuáles son los volcanes que pueden tener erupciones en el futuro, a largo plazo. Los métodos científicos de vigilancia y monitoreo de volcanes pueden permitirnos anticipar la ocurrencia de una erupción en el corto o mediano plazo (días a semanas), al determinar el movimiento de magma hacia la superficie. Sin embargo, en la gran mayoría de casos, estos métodos no pueden decirnos exactamente la hora a la que va a ocurrir o el tamaño que va a tener una erupción. Por todo ello, es necesario hacer planes de contingencia para la ciudadanía que permitan hacer frente a las incertidumbres que tienen los métodos de monitoreo científico.

Esta palabra tiene su origen en una isla del mar Mediterráneo llamada “Vulcano”, cerca de Sicilia. La gente que vivía allí hace muchos siglos creía que dicha isla era la chimenea de la herrería de Vulcano, quien era el dios de la fragua para los romanos de la época. Según estas creencias, los fragmentos de lava incandescente y los gases que salían del cráter de la isla eran producidos cuando el dios Vulcano forjaba armas para Marte (dios de la guerra) y rayos para Júpiter (rey de los dioses).

Típicamente, las erupciones más grandes de la Tierra tienen como consecuencia la formación de una caldera, que es una gran depresión topográfica de forma aproximadamente circular y varios kilómetros de diámetro, similar a un gran cráter. En el Ecuador, una de las erupciones más grandes que se conozca ocurrió hace cerca de 200 mil años, y formó la caldera de Chalupas, de 14 km de diámetro, que se encuentra al sureste del Cotopaxi. Los estudios geológicos muestran que al menos 100 km3 de magma fueron emitidos durante este evento que, en su fase principal, debió tener una duración de unos pocos días. Como comparación, la erupción del Reventador del 3 de noviembre de 2002 emitió apenas 0,3 km3 de magma, en el lapso de unas pocas horas. Hay otros eventos similares a los de la caldera de Chalupas en Ecuador, pero aún no han sido estudiados en detalle.

Los Andes del sur del Ecuador, a partir de la latitud de Riobamba, se caracterizan por no presentar volcanes activos. La presencia de zonas de subducción ha dado lugar a la ocurrencia de volcanismo continental permanente en el territorio ecuatoriano desde hace al menos 25 millones de años. Así, los estudios geológicos han mostrado que en el pasado sí debieron existir volcanes en la zona de Cuenca, por ejemplo, pero que toda actividad volcánica en dichas latitudes cesó hace al menos 1 millón de años. Esto se debe, en principio, a que las condiciones del interior de la Tierra que favorecían la formación de magmas cambiaron en esa época y no volvieron a aparecer. Más precisamente, los cambios ocurridos estuvieron relacionados a las características geométricas de la zona de subducción del sur del Ecuador, las cuales ahora impiden la formación de magmas y, por lo tanto, de volcanes.