(A continuación se muestra un artículo publicado por el Dr. Pablo Palacios, investigador del IG-EPN. La responsabilidad de las opiniones expresadas en el artículo incumbe exclusivamente a su autor, y su publicación no representa la posición del IG-EPN.)
El proceso eruptivo del volcán Cotopaxi pone en movimiento a varios actores de nuestra sociedad. El cómo nuestra comunidad enfrente este proceso depende de nuestra realidad actual, de los recursos de conocimiento y organización que tengamos durante el momento más intenso de la erupción. ¿Cuál es esta realidad? ¿Cuáles son sus actores?
Durante la erupción de octubre de 1999 del volcán Tungurahua, nuestro país pasaba por una crisis política y económica que generaría una migración de cerca de un millón de ciudadanos entre 1999 y 2007. Atender dicha erupción no fue una prioridad política del momento, por lo que la evacuación de la ciudad de Baños, que duraría cerca de tres meses, fue sólo una acción de respuesta impuesta a la fuerza, no organizada, no un acto consciente planificado de autoridades y ciudadanía. Los baneños regresaron arriesgando su vida y enfrentando a fuerzas militares. El poco apropiado manejo de la crisis, sumado a una erupción de baja intensidad, generó en los baneños una permanente falta de confianza en autoridades y en el Instituto Geofísico, como ente de vigilancia e investigación. Aunque esta actitud evolucionó con el tiempo, muestra la profunda influencia de una crisis política y económica en las acciones requeridas frente a un evento natural que amenaza la vida de la gente, y como tal crisis induce desconfianza en la psique de la población. ¿En qué grado esto puede repetirse en una erupción del Cotopaxi? ¿Son realmente muy distintas las circunstancias actuales a las del pasado? ¿Qué se ha aprendido del Tungurahua y puede ser efectivamente posible aplicar en Cotopaxi?
Nuestro país pasa por una crisis más política que económica, y que se profundiza rápidamente, con causas no muy evidentes para muchos políticos y desapercibidas para esa mayoría cuya urgencia es la supervivencia del día a día. Nuestro país no puede sobrevivir al margen de lo que ocurre en el mundo. Desarrollos tecnológicos, de comunicaciones como el internet, de vacunas como la del COVID y muchos más, muestran nuestra profunda dependencia con una realidad global que nos supera en muchos aspectos. Pero al igual que los beneficios, los problemas del mundo, como el calentamiento global, las cadenas internacionales de narcotráfico y violencia, las migraciones y las crisis políticas de las grandes potencias, también son nuestros problemas. Sin comprender algo de ellos no entenderemos qué nos pasa y nuestras acciones serán erráticas.
La globalización como sueño político económico de finales de los 90 y de la primera década del siglo XXI, por parte de la democracia liberal occidental, está en una crisis que demandará mucha creatividad para reinventarse y afrontar los problemas globales urgentes. Uno de los efectos de esta crisis es el Brexit, la respuesta británica a sus problemas económicos y de migración, con tintes nacionalistas y que retrocede en la construcción de una sociedad global.
Y ahora, la guerra de Ucrania despierta temores de un conflicto global que a más de uno hace pensar en un futuro incierto y si es tiempo de actuar más protegiendo intereses propios que los de todos. Pero nuestros políticos a duras penas vislumbran los efectos de esta realidad en nuestro país. Durante los 44 años de nuestra democracia reciente, hemos sido gobernados por personajes, más que por grupos ideológicos, de izquierda, derecha, centro, y populistas de variados colores. Los discursos sobre la corrupción han servido tanto para llegar al poder como para sacarlos de él. El efecto más notable de estas transiciones en la población es una más arraigada desconfianza en la clase política. Esta clase política es unidimensional y ve su realidad desde los extremos de la línea izquierda-derecha, explotados-explotadores, y no ha sido capaz de reinventarse e incorporar nuevas dimensiones. No ve los problemas del mundo, y no sabe cómo reaccionar frente a ellos. Quizá uno de los más serios sea la corrupción, que está en todos los niveles de interacción social, que permea nuestras relaciones diarias, amenazando con dar espacios de poder lícito a estructuras delictivas organizadas internacionales que acabaría por deteriorar nuestra débil democracia. Es la desconfianza del ciudadano común en los políticos, en sus discursos, y en las instituciones del estado, la que ha venido creciendo durante 44 años, y en estas circunstancias debemos afrontar la fase más intensa de la erupción del Cotopaxi.
Cuando he asistido a reuniones sobre la crisis del Cotopaxi, las preguntas recurrentes han sido ¿en qué creemos?, refiriéndose a información contradictoria que encuentran, y ¿en quién creemos? refiriéndose a políticos con posiciones dispares, o a declaraciones de científicos.
Varias veces son personas que no creen en autoridades ni en instituciones del estado, como el Instituto Geofísico o la Secretaría de Gestión de Riesgos, Gobernaciones, o Alcaldías, y no son pocas las veces que nos ven con sospechas de intereses personales o económicos. Pero también hay personas esperanzadas en lo que podamos hacer, pero atemorizadas por lo que escuchan de tantos otros, en últimas igualmente desorientados. Este ambiente de caos de la psique social es terreno fértil para especuladores, quienes en una mano portan noticias apocalípticas, y en la otra venden soluciones fatuas. Este escenario de desconfianza profunda no se diferencia mucho del que ocurrió ya en 1999 en la erupción del Tungurahua, pero actualmente con medios de difusión más eficaces.
Los medios de prensa, grandes y pequeños, en la mayoría de las ocasiones reproducen información sin contrastar, sin hacer las preguntas que deberían, en parte porque es limitado el periodismo especializado en nuestro país, particularmente en relación con amenazas naturales. Bajo el acierto de afirmar que todos tenemos el derecho de expresión –soy el primero en defenderlo, pero acompañado de responsabilidad– se difunden opiniones variadas y contradictorias justificando ello con la idea de que cada uno tiene su propia verdad, y que éstas deben conocerse, en relación con los eventos que ocurren. Nada más dañino que confundir verdad con opinión para afrontar una crisis. En la ciencia no existe muchas verdades sobre la ocurrencia de un evento, sólo hay una, aunque sea transitoria en la medida que aprendemos. La abundancia de medios y la rapidez con la que se transmite la información es radicalmente superior a las de 1999 y 2015, cuando por primera vez en el siglo XXI el Cotopaxi expulsa ceniza. Y ahora en 2023, periodistas, científicos y autoridades tenemos que bregar con olas de desinformación y distorsiones, acompañadas de ira, miedo, insultos, y luchas que no siempre tienen un norte.
Todos tenemos nuestras batallas. Los ciudadanos en zonas de influencia del Cotopaxi podrían organizarse, independientemente de autoridades locales o nacionales, de modo similar a como lo hicieron las comunidades del flanco occidental del Tungurahua, con resultados muy positivos. Pero la diferencia de escala en el tamaño de la población, la diferencia en recursos que se necesitan, las coordinaciones entre los diferentes sectores son un reto para una respuesta adecuada, especialmente en horas de la noche. Para muchos, aunque con una desconfianza minada por 44 años de decepciones, quizá sea inevitable mirar a las autoridades políticas para afrontar la escala del problema. La batalla de los políticos quizá será más sui géneris, pues tendrán que desvestirse de las banderas políticas que los llevaron al poder, inhibirse de los ataques a políticos pasados, para centrarse en el presente y generar acciones en las que se palpe que trabajan por todos y por un bien común. Y a la fecha actual, para mayo habrá una transición de poderes locales. ¿Qué tipo de políticos vienen? ¿Serán acaso capaces de dialogar con los salientes, aunque no sean de sus propios partidos o movimientos, puesto que ellos algo aprendieron desde octubre pasado cuando inició este nuevo pulso eruptivo de Cotopaxi? ¿Será que los nuevos políticos empezarán de cero en la gestión del riesgo relacionado con el Cotopaxi? Y la batalla del Instituto Geofísico tampoco es simple.
Como todo grupo humano, somos falibles. Nuestros errores nos han impulsado a buscar nuevas formas de comunicarnos, a generar nuevos desarrollos, a investigar nuevos procesos.
Cotopaxi es un nuevo volcán, no hay dos iguales en el mundo, y sin embargo hay similitudes que intentamos explotar al máximo. La vigilancia en tiempo real implica muchos riesgos en comunicación y tanto nosotros como el resto de la comunidad aún tenemos que aprender a identificar nuestros puntos débiles y fuertes.
Vendrán momentos difíciles, enfrentar al Cotopaxi no será simple, no habrá héroes y esperemos que tampoco villanos a final del día. Todos los cuatro actores, el Instituto, las autoridades, los medios y el resto de la comunidad, arriesgamos mucho, pero espero que cuando se despeje la larga noche de ruido, lodo y ceniza, podamos vernos al rostro unos a otros y saber que cada uno contribuyó positivamente, para minimizar los daños y seguir adelante haciendo país. Es tiempo de juntos prepararnos; es tiempo, no sabemos cuánto de él no queda.
Pablo B. Palacios, PhD.
Investigador del Instituto Geofísico
28 de febrero de 2023
Durante la Asamblea IAVCEI SA2023 celebrada el 02 de febrero de 2023 en Nueva Zelanda, la Msc. Patricia Mothes, actual Jefa del Área de Vulcanología del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN), recibió la nominación a ser considerada Miembro Honorario Vitalicio de la IAVCEI (Figura 1). La IAVCEI es la asociación de vulcanólogos más grande y prestigiosa del mundo.
La IAVCEI por sus siglas en inglés significa Asociación Internacional de Vulcanología y Química del Interior de la Tierra. La Asociación representa el principal foco internacional para la investigación de volcanes, la mitigación de los desastres volcánicos y la investigación en disciplinas estrechamente relacionadas con la vulcanología.
La nominación de esta distinción se realizó en la Asamblea SA2023 del IAVCEI, con la aprobación y aplausos de cerca de 900 asistentes. Junto a Patricia Mothes, la IAVCEI reconoció con esta distinción este año al Dr. Ray Cas, profesor emérito de la Universidad Monash de Tasmania, al Dr. Lionel Wilson, profesor emérito de la Universidad de Lancaster del Reino Unido y a la Dra. Marta Lucía Calvache, ex-directora del Servicio Geológico Colombiano. Esta distinción fue anunciada y comunicada por el Dr. Patrick Allard, Presidente del IAVCEI y Director de Investigación Emérito del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia CNRS (Figura 2).
Patricia Ann Mothes nació en West Virginia, Estados Unidos, en 1957 y se formó como Geógrafa, para obtener posteriormente su maestría en la Universidad de Austin-Texas, tras lo cual dedicaría su vida a la Vulcanología. Vino a Ecuador en 1986 y se enamoró de su cultura, de sus paisajes, sus tradiciones y sobre todo de sus volcanes, mudándose a vivir permanentemente en Ecuador para trabajar en la Escuela Politécnica Nacional como investigadora y docente.
Patricia es un claro ejemplo de dedicación y amor a la ciencia. Durante su carrera ha escrito más de 150 artículos científicos, más de 10 capítulos de libros y ha presentado más de 80 posters y ponencias en eventos nacionales e internacionales. Adicionalmente, ha encabezado múltiples proyectos de vinculación e investigación a lo largo de su trayectoria.
En 2017, tomando como inspiración su imagen y su característica indumentaria, se hizo el lanzamiento oficial del personaje institucional del IG-EPN: “Patty la Vulcanóloga”. La inclusión de un personaje caricaturesco en el material de difusión permite la transmisión del conocimiento de un modo más amigable y digerible para el público. “Patty la Vulcanóloga” es hoy la protagonista de trípticos, folletos, infografías y diferentes materiales digitales e impresos, pensados especialmente para que los más jóvenes puedan entender los fenómenos sísmicos y volcánicos de forma simple.
D. Sierra, S. Hidalgo, M. Ruiz
Corrector de Estilo: G. Pino
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional
El 21 de octubre y el 26 de noviembre de 2022 el volcán Cotopaxi produjo dos caídas de ceniza, la primera restringida en la zona cercana al volcán y la segunda, mucho más amplia afectando incluso a la parte sur de Quito.
La ceniza de ambos eventos fue recolectada por personal del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN) lo más pronto posible después de las caídas y se inició el proceso de preparación de las muestras para su análisis y posterior interpretación. Este es un procedimiento estandarizado en el que se siguen una serie de pasos para asegurar la calidad de los resultados. Aquí les presentamos cómo trabajamos con la ceniza volcánica.
¿Cómo se recolecta la ceniza volcánica?
Tenemos al menos dos posibilidades:
1.- Toma de muestras directamente sobre las superficies afectadas: Lo ideal es recoger la ceniza depositada sobre una superficie previamente limpia. Por ejemplo, sobre un techo limpio, sobre el capó o el parabrisas de un vehículo limpio, u otro. Es importante medir el área de recolección para calcular la carga (masa de ceniza por unidad de área, típicamente expresado en kg/m2 o g/m2). Si el depósito tiene más de 1 mm de espesor, también se puede medir este parámetro (Figura 1).
2.- Toma de muestras en cenizómetros: El personal del IG-EPN ha diseñado recolectores especiales de ceniza llamados cenizómetros (Bernard, 2013). Se han instalado cenizómetros en zonas cercanas a volcanes activos y también en todo el territorio ecuatoriano gracias a la Red de Observadores Volcánicos del Ecuador (ROVE). Estos dispositivos ayudan a la medición (espesor, carga y densidad) y recolección de la caída de ceniza y también se utilizan en otros países como Perú, Colombia, Chile, Costa Rica, Nicaragua y Guatemala. Una vez que cae la ceniza, se mide el espesor (hasta 0,1 mm según el modelo) y se recoge el material. Luego se limpia el cenizómetro y queda listo para una siguiente caída. Estos cenizómetros tienen la gran ventaja de permitir el muestreo de la ceniza (aún en caso de eventos con muy poca ceniza emitida) y proteger la ceniza del viento o la lluvia, de tal manera que la muestra que se obtiene es prácticamente inalterada (Figura 2).
Independientemente del método de recolección, la muestra es sellada en una funda plástica y etiquetada para su posterior análisis. La información clave que debe tener la etiqueta es el nombre del lugar de muestreo con las coordenadas GPS (latitud, longitud y altitud), la fecha de recolección y el área de muestreo. Se puede añadir información sobre la humedad, la masa in situ, indicios de alteración o contaminación de la muestra, etc. (Figura 3).
¿Cómo se analiza la ceniza volcánica?
Secado de las muestras: El primer paso del análisis de la ceniza es secar las muestras en una mufla (horno especial de laboratorio) a una temperatura de 40 a 60 °C por 24 a 48 horas dependiendo de su humedad (Figura 4).
Pesado de las muestras: En el segundo paso se pesa la ceniza seca con una balanza electrónica. Esto permite calcular con precisión la carga de ceniza seca en los diferentes sitios de muestreo y determinar si la caída de ceniza es muy leve (<10 g/m2), leve (10-100 g/m2), moderada (100-1000 g/m2), fuerte (1-10 kg/m2) o muy fuerte (>10 kg/m2). El nivel de impacto de la caída de ceniza sobre la agricultura, la ganadería y las infraestructuras depende en gran medida de la carga. Por ejemplo, una caída muy leve no provoca daños significativos en cultivos como la papa y el maíz, mientras que una caída muy fuerte puede provocar su destrucción total (Figura 5).
Tamizado de las muestras: Este ensayo utiliza tamices con aperturas de diferentes diámetros y tiene dos propósitos. En primer lugar, permite obtener la distribución de tamaño de las partículas desde 45 mm hasta 63 µm (0,063 mm). El IG-EPN completa el análisis granulométrico utilizando un analizador de partículas que mide con un láser el tamaño de las partículas entre 5 mm y 30 nm (0,00003 mm). Así se puede clasificar y determinar si la ceniza puede tener afectación a la salud, ya que cuanto más fina es la ceniza, más profundo ingresa en nuestro sistema respiratorio. En segundo lugar, el tamizado separa la ceniza por tamaño, lo cual es necesario para comprender los dinamismos eruptivos, en particular el grado de fragmentación del magma (Figura 6).
Clasificación de la ceniza: Se selecciona una o más fracciones de un tamaño representativo de la muestra de ceniza para observarlas con un microscopio binocular (Figura 7). Para facilitar el análisis primero se lava las fracciones deseadas en un baño de ultrasonido para que los granos estén perfectamente limpios. El análisis con el microscopio binocular permite identificar los componentes de la ceniza. La ceniza volcánica puede tener material juvenil (el cual representa directamente al magma que está generando la actividad volcánica), material accidental (que proviene típicamente del conducto volcánico y se ha acumulado durante erupciones pasadas), material híbrido (proveniente de la interacción del magma con el sistema hidrotermal del edificio volcánico), entre otros (Figura 8).
Separación de la ceniza: Se escoge bajo el microscopio binocular los granos de material juvenil con el fin de identificar las características del magma que está produciendo la actividad volcánica. El material juvenil tiene un aspecto fresco (sin ningún tipo de alteración), brillo vítreo, es angular y generalmente presenta vesículas (estructuras redondeadas que se forman debido a la presencia de burbujas de gas en el magma; Figura 9).
Análisis textural de la ceniza: Los granos seleccionados se pueden analizar en un microscopio electrónico de barrido (SEM=Scanning Electron Microscope) o, para mayor precisión, pueden ser pegados con una resina especial sobre un soporte que permitirá su análisis en un instrumento llamado microsonda electrónica (EMP= Electron microprobe). Como no existe este tipo de instrumento en el Ecuador, el IG-EPN envía los granos seleccionados al Laboratorio Magmas y Volcanes en Clermont-Ferrand, Francia, donde nuestros colegas y colaboradores preparan las muestras en los soportes, las pulen y las cubren con una capa de carbono para que se pueda realizar el análisis puntual por bombardeo de electrones a la muestra. Este instrumento permite tomar imágenes de altísima resolución de los granos de ceniza analizados y comprobar su carácter juvenil (Figura 10).
Análisis químicos de la ceniza: la microsonda electrónica permite además obtener la composición química del vidrio volcánico y de los minerales de la ceniza. Estos resultados se grafican en diferentes diagramas para clasificar al magma en función de su composición química, y para compararla con composiciones del mismo volcán u otros volcanes de similar comportamiento. Esto permite determinar la naturaleza del magma y aporta a la generación de los escenarios eruptivos (Figura 11).
Condiciones pre-eruptivas del magma: Con las composiciones del vidrio de la matriz y de los minerales se puede aplicar geotermómetros y geobarómetros especializados (Putirka, 2008) que permiten calcular la temperatura y otros parámetros, a los cuales se encontraría el magma en el reservorio o cámara magmática. En este caso las temperaturas calculadas en base a estas composiciones están entre 850 y 1050 °C.
El IG-EPN seguirá recolectando la ceniza proveniente del Cotopaxi con el fin de entender de mejor manera el origen del magma responsable de la actividad volcánica actual y de generar escenarios eruptivos acordes con sus características.
Estos análisis de alta precisión son posibles gracias a la colaboración que el IG-EPN mantiene con el Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo (IRD), el Laboratorio Magmas y Volcanes de Clermont-Ferrand y el Departamento de Geología de la EPN.
Referencias
P. Samaniego, J.L. Devidal, F. Schiavi
Centre national de la recherche scientifique
Institut de Recherche pour le Développement
Laboratoire Magmas et Volcans
Université Clermont – Auvergne
Observatoire de Physique du Globe de Clermont-Ferrand
D. Narváez
Departamento de Geología
Escuela Politécnica Nacional
S. Hidalgo, B. Bernard, A. Vasconez, E. Telenchana, M. Almeida, M. Córdova, M. Encalada, F.J. Vásconez, D. Sierra.
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional
La MSc. Patricia Mothes, actual Jefa del Área de Vulcanología del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN), recibió el premio “Gran Collar Barón de Carondelet”, una distinción que se otorga a aquellas personalidades extranjeras que han contribuido al desarrollo y progreso de la ciudad de Quito (Figura 1).
El pasado 06 de diciembre de 2022, durante la sesión solemne de los 488 años de la Fundación de la ciudad de San Francisco de Quito se le confirió esta distinción a la MSc. Patricia Ann Mothes. La condecoración otorgada por el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito consiste en una Medalla Dorada con el Escudo de Armas de Quito y un Diploma de Honor. El premio es un reconocimiento a su aporte al conocimiento científico y al monitoreo de la actividad volcánica en Ecuador.
Patricia Ann Mothes nació en West Virginia, Estados Unidos, en 1957 y se formó como Geógrafa, para obtener posteriormente su maestría en la Universidad de Austin-Texas, tras lo cual dedicaría su vida a la Vulcanología (Figura 2). Patricia Mothes vino a Ecuador en 1986 y se enamoró de su cultura, de sus paisajes, sus tradiciones y sobre todo de sus volcanes, mudándose a vivir permanentemente en Ecuador para trabajar en la Escuela Politécnica Nacional como investigadora y docente.
Está casada con el Dr. Minard Hall (quien es el cofundador del IG-EPN), junto a quien realiza investigación geológica en sus tiempos libres a pesar de estar retirado. Patricia Mothes es un claro ejemplo de dedicación y amor a la ciencia. Durante su carrera ha escrito más de 150 artículos científicos, más de 10 capítulos de libros y ha presentado más de 80 posters y ponencias en eventos nacionales e internacionales. Adicionalmente, ha encabezado múltiples proyectos de vinculación e investigación.
Patricia Mothes o “Patty”, como cariñosamente se la conoce, es además un personaje muy mediático, pues ha aparecido incontables veces en entrevistas y programas de radio y televisión. Es muy querida por las comunidades aledañas al volcán Tungurahua, con quienes trabajó codo a codo por casi dos décadas, tiempo que duró el período eruptivo de dicho volcán.
En 2017, tomando como inspiración su imagen y su característica indumentaria, se hizo el lanzamiento oficial del personaje institucional del IG-EPN: “Patty la Vulcanóloga”. Según su creador, el Ing. Daniel Sierra, la inclusión de un personaje caricaturesco en el material de difusión permite la transmisión del conocimiento de un modo más amigable y digerible para el público. “Patty la Vulcanóloga” es hoy la protagonista de trípticos, folletos, infografías y diferentes materiales digitales e impresos, pensados especialmente para que los más jóvenes puedan entender los fenómenos sísmicos y volcánicos de forma simple (Figura 3).
D. Sierra, S. Vallejo, P. Mothes
Corrector de Estilo: G. Pino
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional
La Comisión de Química de Gases Volcánicos (CCVG, por sus siglas en inglés), es una subcomisión de la Asociación Internacional de Vulcanología y Química del Interior de la Tierra (IAVCEI, por sus siglas en inglés), la cual fue creada a principios de los años 80 con la intención de reunir a los científicos interesados en el estudio de los gases alrededor de todo el mundo con el fin de aportar al conocimiento de los sistemas volcánicos.
El 13er Workshop de Gases tuvo como sede Ecuador en el año 2017 y el IG-EPN fue el anfitrión del evento (https://www.igepn.edu.ec/interactuamos-con-usted/1527-decimo-tercer-taller-internacional-de-gases-volcanicos-ecuador-2017).
Para esta nueva edición el 14to Taller de la CCVG, “Gas Workshop 2022”, fue llevado a cabo en Arequipa - Perú entre el 06 y el 14 de noviembre de 2022. El evento contó con la participación de casi 80 expertos en el área de geoquímica de fluidos volcánicos provenientes de todo el mundo, incluyendo países como Alemania, Argentina, Canadá, Colombia, Costa Rica, Chile, China, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Singapur, México, Italia, Japón, Portugal, Perú, Rumania, Suiza, Suecia, entre otros.
Dos investigadores del área de vulcanología del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional asistieron en representación de la institución a este evento. Durante el mismo, se llevaron a cabo ciclos de conferencias donde los técnicos del IG-EPN mostraron sus avances en investigación con gases volcánicos en los volcanes Cotopaxi y Cuicocha.
Además, se realizaron viajes de campo que incluyeron visitas a los volcanes peruanos: Ubinas, Sabancaya, Ticsani, Mini Volcán Logen y al Geyser de Pinchillo, donde los científicos realizaron medidas en paralelo para comparar sus metodologías y calibrar sus equipos. La idea básica de este “Workshop” es reunir a quienes trabajan con gases volcánicos en todo el mundo y estandarizar las metodologías que se usan, de manera que los resultados obtenidos por los diferentes grupos de trabajo sean comparables. Es además una gran oportunidad para buscar oportunidades de trabajo conjunto, proyectos y financiamiento para proyectos vinculados a la vigilancia volcánica.
Finalmente, durante la reunión de cierre del evento, la Dra. Silvana Hidalgo del IG-EPN fue elegida por votación mayoritaria como la nueva co-líder de la CCVG, junto al Dr. Tobías Fischer de la Universidad de Nuevo México, EEUU. Se prevé además que la realización del próximo taller de gases volcánicos se llevará a cabo en Hokkaido-Japón en 2025.
D. Sierra, S Hidalgo.
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional
Del 03 al 05 de octubre de 2022 la ciudad de Quito acogió la realización de la IV Asamblea de la Comisión Sismológica de América Latina y el Caribe (LACSC). La LACSC es parte de la Asociación Regional Internacional de Sismología y Física del Interior de la Tierra (IASPEI, por sus siglas en inglés), y fue creada durante un Simposio de Sismología realizado en Lima, Perú, en septiembre de 2012, siendo aprobada formalmente por el Consejo de IASPEI en su Asamblea General celebrada en Gotemburgo en julio de 2013.
La LACSC es una organización sin fines de lucro, que persigue la cooperación científica y las actividades encaminadas a la reducción de riesgos entre sus participantes. Esta organización promueve el estudio de los terremotos y fuentes sísmicas, la propagación de las ondas sísmicas, sus propiedades, procesos y la estructura interna de la Tierra, tanto a nivel regional como a nivel mundial. Las ediciones previas de la LACSC se desarrollaron en Bogotá, Colombia (2014); San José, Costa Rica (2016); Miami, USA (2018); y finalmente Quito, Ecuador (2022). El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN) fue en esta ocasión el anfitrión y organizador del evento.
Este evento de alto nivel contó con más de 200 científicos asistentes de al menos 15 países, incluyendo Perú, Colombia, Argentina, Chile, México, Costa Rica, Guatemala, USA, varias naciones Europeas. El evento fue realzado con las presencias del Director del National Earthquake Information Center, del Presidente de la Comisión Sismológica de EEUU, del Presidente de la Comisión Sismológica Europea y del Presidente del Centro Regional de Sismología de América del Sur, entre otras grandes personalidades del mundo de la sismología.
Durante estas jornadas hubieron aproximadamente 135 ponencias por parte de científicos e investigadores provenientes de todos los países de la región. Así mismo, se presentaron más de 120 posters. La amplia temática discutida en el congreso se enmarcó en 23 sesiones con temas como: Tsunamis, Terremotos intraplaca, Efectos de Sitio, Sismología Volcánica, Tomografía sísmica 3D, Integración de la Geodesia y Sismología, Sistemas de alerta temprana, entre otros. Para conocer a detalle las sesiones y los expositores visite: http://www.lacsc2022quito.com/the-assembly/scientific-sessions .
En el marco del congreso se llevaron a cabo salidas de campo pre y post congreso con la finalidad de que los investigadores conozcan los distintos ambientes geodinámicos que hacen de Ecuador un laboratorio natural para el estudio de los diferentes procesos geológicos. Pero además, permitieron mostrar la riqueza natural y el potencial turístico que tiene nuestro país. Los lugares visitados fueron:
• El volcán Sierra Negra en las Islas Galápagos, Sept. 28- Oct. 02 (Parque Nacional Galápagos).
• Volcán Cotopaxi, Oct. 6 (Parque Nacional Cotopaxi).
• Complejo Volcánico Cotacachi-Cuicocha. Oct. 6 - 7 (Geoparque Mundial de la UNESCO - Imbabura)
• Volcán El Reventador Oct. 6 – 10 (Parque Nacional Cayambe-Coca).
Dentro del comité científico, las entidades organizadoras fueron: el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN), el IASPEI, la Unión Internacional de Geodesia y Geofísica (IUGG, por sus siglas en inglés), la Seismological Society of America (SSA), el Colegio Regional de Ingenieros Geólogos, de Minas, Petróleos y Ambiental (CIGMIPA) y el Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias (SNGRE). Del mismo modo, la IV Asamblea de la Comisión Sismológica de América Latina y el Caribe contó con el gentil auspicio de varias empresas como son: Kinemetrics, Güralp, Ampere, Geosis-Lunitek, Gempa, Reftek, Isti y el Municipio de Quito.
El evento de clausura se realizó la noche del 05 de octubre de 2022 en el Centro Cultural Metropolitano de Quito y fue amenizado por la Orquesta Sinfónica del Congreso Provincial de Pichincha. Durante la IV edición de la LACSC se designó al nuevo presidente, el Dr. Esteban Chávez del OVSICORI (Costa Rica) en reemplazo del Dr. Mario Ruiz, presidente saliente. La siguiente Asamblea tendrá como sede Costa Rica, y se llevará a cabo en 2024.
La Asamblea de la LACSC no es sólo un encuentro de carácter técnico-científico sino también cultural, permitiendo a los asistentes compartir vivencias y experiencias. Además, permite poner sobre la mesa trabajos investigativos, capacitar a los técnicos locales y formar vínculos valiosos para futuras cooperaciones interinstitucionales en temas investigativos.
D. Sierra, M. Córdova, E. Telenchana.
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional
La Asociación Latinoamericana de Geodesia Volcánica (GEOVOL), es una asociación sin fines de lucro que tiene como objetivo impulsar la investigación y el monitoreo en geodesia y deformación volcánica, fortaleciendo las capacidades de los distintos observatorios volcánicos de Latinoamérica, a través de la colaboración, intercambio científico, realización de reuniones, talleres y motivación de publicar artículos científicos.
En Quito, entre el 29 de agosto y el 5 de septiembre de 2022 se llevó a cabo la III Reunión Operativa de la Asociación Latinoamericana de Geodesia Volcánica (GEOVOL). El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN) fue el anfitrión del evento, mismo que contó con el apoyo y patrocinio del Volcano Disaster Assistance Program (VDAP), Agency for International Development de Estados Unidos (USAID), United States Geological Survey (USGS) y la empresa privada AMPERE.
El evento contó con la participación de al menos 50 miembros de observatorios volcánicos de Latinoamérica, investigadores e instructores de varios países del mundo, incluyendo: Ecuador, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Costa Rica, El Salvador, México, Italia, Estados Unidos, Guatemala, entre otros. Durante los ocho días que duró la reunión los participantes tuvieron ciclos de conferencias sobre la aplicación de métodos geodésicos: procesamiento InSAR, modelamiento computacional de fuentes de deformación, uso de cGPS, inclinometría, fotogrametría y gravimetría.
No solo se trató de un curso teórico, sino que incluyó un programa de clases prácticas para que los asistentes conozcan los códigos de procesamiento y modelado, puedan replicarlos y usarlos en sus respectivos países. Además, el curso incluyó un espacio para que los participantes de cada país muestren los avances en el campo de la geodesia en sus regiones y una sesión de posters.
Dentro de la planificación de la reunión, se realizó una salida de campo al Volcán Cotopaxi, cuya última erupción fue en el año 2015 y ahora se encuentra en relativa calma. Durante el trayecto también se dieron explicaciones del contexto geodinámico de la ciudad de Quito, capital de Ecuador.
Los técnicos del IG-EPN expusieron como se llevan a cabo las tareas de vigilancia y la elaboración de Mapas de Peligros Volcánicos tanto para el Volcán Cotopaxi, como para el complejo Volcánico Pichincha.
En el viaje conocieron los pormenores del proceso eruptivo del Cotopaxi, su cronología histórica y pudieron admirar sus bellos paisajes. Además, se realizaron prácticas de campo sobre el uso del gravímetro y fotogrametría con dron sobre los depósitos de lahar secundario asociados al proceso eruptivo de 2015.
El GEOVOL no es solo un encuentro técnico-científico sino también cultural y permitió a los participantes dar un breve vistazo a las maravillas de nuestro país, además de poner sobre la mesa los trabajos investigativos permite formar vínculos valiosos para futuras cooperaciones interinstitucionales en temas investigativos.
D. Sierra, M. Córdova
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional
La Asociación Latinoamericana de Geodesia Volcánica con su sigla distintiva GEOVOL, es una asociación civil u organización no gubernamental sin ánimo de lucro y de carácter social, que tiene como objetivo impulsar la investigación y el monitoreo en geodesia y deformación volcánica desde un enfoque técnico, científico y académico; fortaleciendo el monitoreo geodésico de los volcanes activos en Latinoamérica, a través de la colaboración, el intercambio científico, la creación de grupos de apoyo ante crisis volcánicas, la realización de reuniones periódicas para conocer el estado del conocimiento, el intercambio de experiencias y la motivación de publicar artículos científicos.
El sábado 09 de abril de 2022 los congresistas estadounidenses Robin Kelly (Illinois), Ted Lieu (California) y Terri Sewell (Alabama), junto con personal de la Embajada Americana en Quito y de USAid, hicieron una visita de dos horas al Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN). El propósito de la visita fue conocer más acerca del rol en la vigilancia de fenómenos sísmicos y volcánicos. Asimismo, comprender los protocolos conjuntos con SNGRE, ECU-911 e INOCAR para dar avisos de alerta temprana en caso de reactivación volcánica o reportar sobre movimientos telúricos.
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