El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IGEPN), realizó varias tareas de monitoreo al volcán El Reventador durante el mes de abril. Se destacan a continuación las misiones aéreas efectuadas:
1.- Sobrevuelo del 12 de abril de 2018.
Con la ayuda de una avioneta tipo CESSNA 206 al mando del Cap. Richard Morales de la empresa Alas de Socorro del Ecuador, se pudo efectuar un sobrevuelo al volcán el 12 de abril de 2018.
Los cambios observados en la morfología del cráter del volcán corresponden principalmente a la actividad eruptiva de carácter explosivo que ha mantenido de manera continua desde su última erupción en junio de 2017 y principalmente corresponden a la elevada tasa de acumulación de material en la cumbre del volcán, lo cual se podría reflejar en un incremento de su altura y la fácil generación de pequeñas corrientes de densidad piroclástica (p.e., flujos piroclásticos y colapsos secundarios de material volcánico acumulado en la cumbre) (Fig. 1).
Los depósitos localizados en los flancos del volcán corresponden al descenso de material piroclástico: corrientes de densidad piroclástica y proyectiles balísticos. En los dos casos los alcances son bastante importantes, con hasta 800 metros en línea recta desde el cráter; principalmente en el flanco nororiental y sur.
La actividad observada durante el vuelo fue muy escasa, en 20 minutos de permanencia en el volcán solo se pudo observar una explosión, lo cual disminuye significativamente el número de eventos reportados en los informes precedentes, sin embargo, el volcán mantiene actividad de tipo vulcaniano, es decir fuertes explosiones acompañadas de “cañonazos” con columnas de emisión mayores a 1.5 km de altura, con cargas moderadas a altas de ceniza (Figura 2).
Las condiciones para la captura de imágenes y secuencias térmicas fueron óptimas, sin influencia de radiación solar. Se pudieron distinguir algunos depósitos de flujos piroclásticos que habían descendido en días anteriores. No se observaron flujos de lava nuevos. Las temperaturas aparentes (TMA) más altas se asocian a los dos ventos: vento norte (NV) con una (TMA) de 355 °C, el vento sur (SV) de 254 °C, particularmente se observa un campo fumarólico alineado entre el posible contacto del material piroclástico reciente y flujos de lava pasados, posiblemente los que salieron en el mes de agosto de 2017 (Figura 3).
2.- Misión del 23 al 27 de abril de 2018.
Del 23 al 27 de abril, OCP Ecuador dentro del convenio mantenido con el Instituto Geofísico, colaboró con la contratación de un Helicóptero tipo Ecureuil - modelo AS350B3 de la Empresa Avioandes al mando del Cap. Esteban Ramírez, con el cual se pudieron realizar diversas actividades, entre las más importantes el mantenimiento de las estaciones de monitoreo permanente del volcán (Figura 4). Debido a las malas condiciones climáticas, no fue posible realizar por completo las tareas de monitoreo, sin tener observaciones directas del cráter del volcán. A continuación, se resumen las tareas efectuadas cada día:
Trabajos de mantenimiento preventivo y correctivo de la red instrumental:
3 estaciones sísmicas de banda ancha en: Copete, Lava 4 y Azuela.
2 detectores de infrasonido: Copete y Azuela.
2 detectores de lahares en las cuencas alta de los ríos Marker y Reventador.
1 estación de deformación inclinométrica en LAVA 4.
4 cámaras de video de rango visual e infrarrojo (térmica) en: Copete, LavaCAM y Rebeca.
1 repetidora de señales en el cerro Copete.
1 repetidora satelital para recepción y envío de señales en la loma de Lumbaqui.
2 estaciones sísmicas de período corto: Charlie y LAV4.
Trabajo de campo: 24 de abril de 2018.
De entre todos los equipos distribuidos en el volcán, uno se traslada para realizar trabajos directamente sobre los depósitos piroclásticos recientes asociados a la actividad eruptiva de junio de 2017; llevando a cabo trabajos de geología volcánica: cartografía, recolección de muestras de roca, entre otros. Dentro de las observaciones realizadas en el campo, se pudo observar la importante erosión generada en los depósitos piroclásticos (junio 2017) a causa de las fuertes lluvias en el volcán. Estos flujos alcanzaron una distancia de ~ 3.5 km al descender por la quebrada oriental que desemboca en los principales afluentes del río Reventador, en el sector oriental de la caldera volcánica (Figura 5).
Sobrevuelo de monitoreo: 26 de abril de 2018
En principio se realizan fotografías e imágenes térmicas del flujo de lava de junio de 2017, con la finalidad de posteriormente reconstruir un modelo de elevación digital y así estimar de mejor manera la distribución del flujo y su volumen. Posteriormente, se efectúa monitoreo visual/termal y se observa la ocurrencia de un nuevo flujo de lava al N del volcán. El análisis de las imágenes térmicas indica una temperatura máxima aparente (TMA) de 487°C en el borde del flujo (Figura 6).
En base al análisis del material fotográfico e imágenes térmicas (IR) obtenidas durante los vuelos realizados el 12 y 26 de abril y junto a la ubicación de las alertas termales identificadas a nivel satelital a través del sensor MODIS, se confirma el descenso de un nuevo flujo de lava (Figura 6 y 8). Se estima que este flujo de lava habría descendido por los flancos occidental - noroccidental del volcán y luego se habría distribuido hacia el occidente (Figura 6) y noroccidente por la base de la caldera. La presencia de brillo en las nubes en el occidente del volcán captado con la cámara térmica. Posteriormente el 05 de mayo de 2018, con cámara de rango visible y larga exposición, desde uno de los miradores de la hostería El Reventador fue posible observar el intenso brillo en la zona nororiental y hacia atrás al noroccidente, ver link adjunto: https://www.youtube.com/watch?v=PuetFcn1gMs (YouTube Channel: Volcanes Ecuador), lo cual sugeriría que el flujo sigue activo en movimiento, sin embargo estos flujos suelen restringirse a las zonas altas del volcán sin representar riesgo a las comunidades aledañas. El flujo a la fecha de toma de imágenes alcanzaría una longitud de ~ 1 km al chocar con el borde interno norte de la caldera.
Al arribar del sobrevuelo al helipuerto, a las 17:20 TL (UTC – 5), se observa una importante columna de emisión en el volcán, inmediatamente un equipo se dirige en el helicóptero a observar los depósitos dejados por esta explosión (Figura 7 y 10), efectuar monitoreo termal y de gases. Se observa que producto de este evento por todos los flancos del volcán descendieron varios flujos piroclásticos. El flujo más largo alcanzó una distancia estimada de ~ 1.6 km desde el cráter. La TMA de los flujos alcanzó los 150°C. La figura 9 indica la situación del flanco antes y después de la explosión y la distribución de los flujos piroclásticos.
Las imágenes térmicas mostraron además anomalías térmicas relacionadas con bloques balísticos que fueron expulsados durante la explosión, Fig. 8. Se estima que la distancia máxima a la que llegaron estos bloques sería ~ 1.8 km desde la cumbre (Figura 10).
CONCLUSIONES
EL INSTITUTO GEOFÍSICO MANTIENE LA VIGILANCIA PERMANENTE DE LOS VOLCANES ACTIVOS DEL ECUADOR.
MA, FN, SV, PR, SA.
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