Martes, 02 Junio 2015 16:40

Informe Volcánico Especial Galápagos N°3 - 2015

Sobrevuelo del volcán Wolf (Isla Isabela) y evaluación de la actividad volcánica


1. Resumen de la actividad volcánica
Después de 33 años de tranquilidad, el volcán Wolf (1707 m snm), ubicado en el extremo norte de la isla Isabela (Galápagos), entró en erupción en la madrugada del lunes 25 de Mayo de 2015 (ver Informe Volcánico Especial Galápagos N°2, 25 Mayo 2015). La erupción inició con una serie de explosiones que produjeron una nube de gas y ceniza alcanzando 50,000 pies (~15 km snm) y dirigiéndose hacia el SW, NNE y S (Washington VAAC). Flujos de lava comenzaron a descender por el flanco SE desde una fisura ubicada cerca del borde de la caldera del volcán. Durante los siguientes días la actividad estuvo caracterizada por grandes flujos de lava sin mayor emisión de ceniza con una migración de la principal zona de emisión hacia el E. Puerto Villamil, la única población de Isabela y las más cercana al volcán, no fue afectada por la erupción. El sobrevuelo realizado el 29 de Mayo de 2015 permitió confirmar la presencia de una pluma de gas sin contenido de ceniza alcanzando los 2-3 km sobre el volcán y dirigiéndose hacia el NW (Fig. 1). Adicionalmente se pudo observar que la zona con flujos de lava activos se encontraba en el flanco E y NE del volcán al momento del sobrevuelo (Fig. 1). En los últimos días la intensidad de la actividad volcánica ha mostrado una tendencia a disminuir, de acuerdo a lo que se ha podido observar en los diferentes sensores satelitales.

Informe Especial Wolf N. 3 - 2015

Figura 1. Pluma de gas sin contenido de ceniza en dirección al W y NW (izquierda) y flujos de lava incandescentes bajando por el flanco NE del volcán Wolf (fotos: B. Bernard, IGEPN).

 

 


2. Sobrevuelo 29 Mayo 2015

Gracias a las gestiones efectuadas por la Secretaría de Gestión de Riesgo, zonal Galápagos, fue posible efectuar un sobrevuelo al volcán Wolf con un helicóptero gentilmente cedido por el comandante Ramón Orellana de la Armada Nacional en San Cristóbal. El vuelo se efectuó en un helicóptero Bell (Fig. 2), al mando del Capitán Steven Romero y su tripulación (Tnte. Juan-Carlos Echeverría y Sgto. Franklin Jácome).

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Figura 2. Helicóptero Bell usado durante el sobrevuelo (foto: B. Bernard, IGEPN).

 

 

 a) Observaciones visuales
Durante la aproximación, desde la isla Santiago se pudo ya observar una gran columna de gas, sin contenido de ceniza, que se cernía sobre el volcán Wolf, alcanzando una altura de unos 2-3 km sobre el nivel de la cumbre (Fig. 3). Al momento de dar vuelta alrededor de la columna se pudo percibir un fuerte olor a azufre.

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Figura 3. Pluma de gas sin contenido de ceniza dirigida al W y NW (fotos: B. Bernard, IGEPN).

 

 

En el flanco E del volcán se pudo observar a simple vista flujos de lava incandescente. Las fotos de esta zona se utilizaron para cartografiar la parte más septentrional del campo de lava (Fig. 4). El campo de lava SE se pudo cartografiar solo parcialmente debido a la hasta nublosidad.

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Figura 4. Foto (izquierda) y imagen oblicua (derecha, visto desde el NE) del campo de lava E (en naranja) (foto: B. Bernard, IGEPN). Se notan los dos flujos incandescentes con su probable zona de alimentación (en rojo). En azul: trayectoria del sobrevuelo. Fondo: imagen ALI sobrepuesta a Google Earth.

 

 

 b) Imágenes térmicas
La aproximación al volcán se efectuó por la costa al SE del mismo. Si bien el volcán estaba nublado totalmente, la observación con la cámara infrarroja mostraba la presencia de anomalías termales en el flanco SE y en el flanco S y que aparentemente corresponden a flujos de lava que descendieron por estos flancos. Al sobrevolar el flanco W se pudo observar al otro lado de la caldera (flanco E) la presencia de una zona con temperatura aparente muy alta (> 500° C). En esta zona, se originaba la más intensa actividad al momento de la observación (Fig. 5).

Continuando el vuelo, hacia el SE, entre nubes, se observó el borde SSE de la caldera y sobre el mismo una zona menos activa, con una temperatura máxima aparente (TMA) de unos 45° C (Fig. 5). Las imágenes obtenidas del interior de la caldera no mostraban la presencia de anomalías termales de importancia.

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Figura 5. A la izquierda, imagen térmica de la zona de fisura donde se originaba la más intensa actividad eruptiva. A la derecha, imagen térmica de la zona de fisura al SSE, aún caliente y localizada hacia el SW de la imagen anterior. (Imágenes: P. Ramón, IGEPN).

 

 

Posteriormente se sobrevoló el flanco NE, cerca de la zona de costa, cuando a simple vista fue posible observar la incandescencia de un flujo de lava que en ese momento descendía por el flanco ESE del volcán (Fig. 4 izq.), el mismo que presentaba una muy alta temperatura TMA (> 500° C). En una imagen satelital de falso color tomada el 28 de mayo (Fig. 13), un día antes del sobrevuelo, se puede observar claramente la trayectoria de este mismo flujo de lava que entonces ya había llegado al mar. La imagen térmica de este flujo se muestra en la figura 6. En una imagen térmica vertical, tomada sobre el sitio de coordenadas 0° 2' 40.56" N y 91° 16' 32.82" (2201 msnm), se distingue la presencia de otro ramal del flujo de lava que aparentemente descendió hacia la derecha del ramal anterior, igualmente presenta una temperatura muy alta.

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Figura 6. A la izquierda, imagen térmica del flujo de lava mostrado en la Fig. 4. A la derecha, imagen térmica vertical de otro ramal del flujo de lava ubicado al N del flujo anterior (Imágenes: P. Ramón, IGEPN).

 

 

 c) Mediciones de SO2
Para realizar las mediciones de SO2 en la atmósfera se utilizó un instrumento mini DOAS conformado por un espectrómetro óptico modelo USB2000 de Ocean Optics, un GPS, una fibra óptica, un telescopio y computadora portátil de adquisición HP mini (Fig. 7).

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Figura 7. Configuración para mediciones de SO2 (foto izquierda: B. Bernard; foto derecha: P. Ramón, IGEPN).

 

 

Con un total de 508 mediciones, la travesía de la pluma fue completa, lo que permitió calcular el flujo de SO2. Los resultados indican una buena correlación entre los espectros medidos y el espectro de referencia, indicando la presencia de SO2 en la atmósfera. La concentración de SO2 alcanzó un máximo de más de 5000 ppm (Fig. 8). Se calculó un flujo de SO2 de 40,600 toneladas/día en base a esa travesía, con una velocidad de viento de 5 m/s (fuente NOAA) y una dirección principal hacia el NW (Fig. 9).

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Figura 8. Correlación con el espectro de referencia (izquierda) y concentración de SO2 (derecha, curva roja en ppm, curva blanca: intensidad de luz) registrada durante la travesía realizada con el mini DOAS en el volcán Wolf.

 

 

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Figura 9. Mapa de la travesía con concentración de SO2 (azul: baja concentración; rojo: alta concentración) realizada con el mini DOAS en el volcán Wolf.

 

 

3. Monitoreo satelital
 a) SO2
Gracias a los satélites OMI, GOME-2, y OMPS, se pudo hacer una evaluación de la cantidad de SO2 en la atmósfera para la región de Galápagos. Se puede observar en la figura 10 una disminución de la cantidad de SO2 en la atmósfera en los últimos días asociada a un decaimiento de la actividad de desgasificación.

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Figura 10. Concentración de SO2 en la atmósfera para el 1 Junio 2015 (izquierda, GOME-2) y evolución de la cantidad de SO2 en la atmósfera (derecha, OMPS).

 

 

 b) Ceniza volcánica
Los sensores satelitales IASI y AIRS no detectaron ceniza desde el inicio de la erupción (Fig. 11). La VAAC de Washington emitió 4 alertas el 25 de mayo indicando que la columna eruptiva alcanzó 50,000 pies (~15 km snc) pero lo más probable es que esta tenía un contenido mínimo de ceniza. No hubo reporte de caída de ceniza en las islas Galápagos.

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Figura 11. Concentración de ceniza en la atmósfera (izquierda, IASI) y alerta VAAC (derecha) para el 25 Mayo 2015.

 

 

 c) Alertas termales
Existen varias agencias internacionales que han reportado alertas termales de este período eruptivo sobre el volcán Wolf en función de los diversos sensores satelitales (sensores IR); entre las principales mencionamos a MIROVA, MODVOLC, MODIS, HIGP, y FIRMS. De manera general se puede indicar que desde el inicio de la erupción el número e intensidad de las alertas ha ido disminuyendo y además se nota una migración de las mismas desde el SSE del borde de la caldera, hacia el SE y luego hacia el E del volcán (Fig. 12 y 13).

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Figura 12. Alertas termales detectadas por MODVOLC el día 26 de mayo (izquierda) y el día 1 de junio (derecha).

 

 

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Figura 13. Puntos calientes detectados por HIGP: a la izquierda el mapa de ubicación, al medio el día 25 de mayo y a la derecha, el día 2 de junio.

 

 

 d) Imagen satélital
Una imagen satelital tomada por el instrumento ALI (Advanced Land Imager a bordo del satélite Earth Observing-1) el 28 de mayo muestra claramente la zona activa del campo de flujos de lava (Fig. 14). Se puede observar que el flujo incandescente tiene una longitud de unos 7 km y que se origina en el borde E de la caldera del volcán Wolf. También se observa que a la fecha de toma de la imagen el flujo ha llegado al mar. Esta imagen confirma la actividad observada durante el sobrevuelo del 29 de mayo.

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Figura 14. Imagen satelital tomada por el instrumento ALI (satélite Earth Observing-1) el 28 Mayo 2015. En Azul: trayecto del sobrevuelo.

 

 

BB,PR,DN
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional